jueves, 26 de febrero de 2015

Gabriel Miró y la educación.



GABRIEL MIRÓ Y LA EDUCACIÓN

.José Moratinos Iglesias
 -Escritor e investigador

(Publicado en el diario "Información" de Alicante, nº 1495, año 48, II época, 27-7-88. Alicante, p.12 Sección "Opinión").


Muchas son, y muy importantes, las ideas educativas de Gabriel Miró, faceta ésta poco estudiada, y que en la medida de lo posible, vamos a intentar mostrar y analizar.


Nace Gabriel Miró Ferrer (1879-1930) en Alicante, el 28 de julio. Una apretada biografía mironiana, nos muestra su etapa de estudiante como alumno interno en el colegio de "Santo Domingo" de Orihuela, terminando el Bachillerato en la ciudad del Benacantil. Estudia leyes en Valencia y Granada,  licenciándose en 1903. Tras su estancia en Alicante (desempeña el cargo de cronista de la Diputación) y en Barcelona, se traslada a Madrid. Es nombrado, en 1921, secretario de los concursos nacionales del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes.


Abundantes ideas que entran en el campo de lo educativo y lo cultural, se hallan en "Glosas de Sigüenza", recopilación y selección de escritos de Miró, que abarcan el período de 1912 a 1930. Defiende el que el hombre se conozca a sí mismo y el que desarrolle su propio modo de ser. Escribe: "Buena es la emulación, singularmente cuando no hay otro interior incentivo de saber de más pureza. Pero, ¿no sería preferible que nos atendiésemos y estudiásemos según nuestras naturales aptitudes y peculiar visión de las cosas, no dándosenos un ardite de lo que otros sepan?".


Preconiza una "vuelta a la naturaleza", o al menos una mirada hacia los valores de la misma. Ésto, hace pensar que hay en Miró un deseo de que el ser humano considere los grandes valores de la naturaleza: "Nos sobra ciudad y nos falta naturaleza en su inocencia y sencillez. Nunca ha habido tanta soledad en el paisaje".


Aboga por que se conserve la espontaneidad y frescura, la alegría y encanto del alma infantil. Toda una "pedagogía de la infancia", se traduce en "Niños", dentro de "Glosas de Sigüenza": "Si a nuestros enfurecimientos, crueldades y egoísmos y a todas nuestra flaquezas no les concediéramos, de cuando en cuando, el origen y disculpa de la ceguedad y el ímpetu de los niños, verdaderamente seríamos más fieras de lo que  nos pintaba el malhumorado Hobbes". Es el niño, representación de altos valores, de mensajes de concordia y armonía.


Los ideales de convivencia, de paz, de hermanamiento entre los hombres, la existencia de unas relaciones humanas cordiales, y la ausencia de odio, son constantes en el pensamiento mironiano: "No es preciso odiar para destruir al adversario, porque no se trata de destruir sino de coexistir".



La educación familiar y la trascendencia de la misma, es otra constante y característica de su pensamiento. Para el alicantino, ha de sonreír dulcemente el hogar y su beatitud nos ha de inspirar la vida externa: "Aparte el padre la hosquedad y dureza en el trato de sus hijos, de modo que no vean éstos en él la mano pesada que castiga... sino voz amiga que corrija y aliente".


Se comprende cómo, para Miró, serán fines de la educación, el logro de una raza noble y pujante, poseída de gracia y verdad, de corazón y cerebro cultivados, hidalgos y amorosos, cuya fuerza, en lugar de ser aborrecida y recelosa, sería admitida y admirada. Considera que el lugar para el estudio ha de reunir unas especiales condiciones que coadyuven al mejor aprovechamiento del tiempo, al logro de los máximos frutos intelectuales.

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